En sus bodas de oro, la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola (FIMA) arrancó ayer en Zaragoza con los mejores presagios. Cuando tuvo lugar, por la tarde, la inauguración oficial presidida por el Príncipe de Asturias, 15.000 personas habían pasado ya por el certamen, casi el doble de las que lo hicieron el año pasado en idéntico momento. Rodeado por las autoridades, entre ellas el ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, un orgulloso Manuel Teruel, presidente de la Feria de Muestras de Zaragoza, repetía que el campo está aguantando la crisis mejor que otros sectores y ello genera buenas expectativas en lo que se refiere a su constante modernización.

BUENA COSECHA, BUENA GESTIÓN

Si esta FIMA huele a récords (de visitantes, de expositores, de volumen de negocio) es por diversos motivos, entre los cuales cabe destacar dos, importantísimos. De un lado, está la magnífica cosecha del año pasado, que ha impulsado el optimismo y la búsqueda por parte de los agricultores de mejores alternativas tecnológicas. Así, está previsto que la presente edición sea el escaparate de veintiséis novedades significativas en tractores, máquinas accionadas y soluciones de gestión agronómica. Más de 700 empresas extranjeras, 158 misiones comerciales llegadas del exterior, diez pabellones (además de otros espacios exteriores) y unas previsiones que apuntan a superar los 200.000 visitantes indican que el sector primario está vivo y mira al futuro.

Por otra parte, la gestión desarrollada desde la Feria de Muestras demuestra de nuevo su acierto y competencia. No es fácil mantener un certamen de tal volumen y hacerlo ganando terreno de edición en edición. Y se está consiguiendo.

UNA CIUDAD 'DE FERIAS'

A Zaragoza, ser una ciudad de ferias la pone realmente en el mapa. Son eventos como el actual los que de verdad aportan ingresos por diversos retornos y construyen imagen. Si FIMA lleva rodando medio siglo es precisamente porque la capital aragonesa le pone entorno y escenario. A su vez, esta cita genera un impacto económico sobre la hosteleria y el comercio de la ciudad. Se calcula que estos conceptos producirán unos ingresos de alrededor de 200 millones de euros. Todo un éxito.