Aragón lidera ante el Gobierno la exigencia de que cumpla con la financiación necesaria para los dependientes y revertir así la parálisis heredada que coloca a la comunidad a la cola en este terreno. El envejecimiento de la población convierte a Aragón en uno de los territorios con mayor exigencia, de modo que sin los fondos precisos es imposible mejorar. Si el Estado aportara lo que debe por ley (el 50% en vez del 16%) la lista de espera quedaría eliminada.