En una ocasión, respondiendo a alguna invitación de Javier Fernández, me encontré en la Delegación del Gobierno con Floreal Torguet. Aproveché la ocasión para saludarle y recuerdo que le dije algo así como "Tú no me conoces pero yo a ti sí. Y te quiero decir que te admiro mucho y que eres un modelo para mucha gente". Floreal me miró y debió preguntarse ¿Quién será este tío? Ahora, después de leer su libro "Construir la libertad" le admiro mucho más, porque me ha dado la ocasión de conocer con más detalle su trayectoria vital a través de las 437 páginas de lucha, de sufrimiento, de sacrificio, de defensa coherente de unas ideas. Mientras leía afianzaba dos conclusiones. La primera es que siempre hubo gente que se comprometió con la libertad, con una sociedad más justa e igualitaria, gente que hizo política persiguiendo una sociedad mejor. Luego llegaron otros que entienden la política como "carrera personal" y con ellos llegó el desprestigio de algo tan noble como trabajar para el bien común. La segunda la expresa muy bien Floreal: "- sin nuestro esfuerzo y nuestra participación no hubiesen cambiado las cosas; que hubiesen cambiado de todas formas, lo dudo. En todo caso estaríamos mucho peor". La democracia de la que disfrutamos y los derechos conquistados no cayeron del cielo, ni de La Zarzuela ni de la Moncloa. Fue una conquista del pueblo, en la que muchos como Floreal sí que tuvieron un papel relevante. Y a veces pagaron un alto precio. Para ellos ha de ser nuestro agradecimiento.