El alzhéimer borra una memoria cada 7 segundos. Lo peor que le puede pasar a un individuo, a un pueblo, es perder la memoria. Sin ella, está casi garantizado reproducir los mismos errores y barbaries del pasado. Son ya 36 millones en el mundo que padecen la enfermedad, y por lo acontecido en los últimos tiempos en esta España nuestra, parece que una gran parte de todos ellos están concentrados en este país. El conflicto en Cataluña lo deja claro. Desgarrador, doloroso e increíble el papel representado por parte de los unos, los independentistas, y los otros, el spanish-establishment. Un despropósito absoluto el de aquellos que pretenden celebrar un referéndum secesionista a costa de todo: sin importarles que la mitad de sus nacionales no compartan para nada el gusto separatista, que ello vaya a suponer un golpe importante contra las arcas comunes de todos los catalanes, y que la acción en sí vaya a ir en contra del derecho constitucional que rige el país del que todavía forman parte. Del otro lado, el mismo desvarío: atajar la rebelión en la granja con los viejos métodos franquistas (intervención de las cuentas de la comunidad, de las imprentas, empoderamiento de las fuerzas del orden, represión de las manifestaciones, detenciones, coacción y privación de la libertad de reunión y de expresión…). Una historia de terror. Los viejos fantasmas del pasado se vuelven a manifestar y a encarnarse. Un auténtico sinsentido. Recapaciten todos y den paso al sentido común: dialoguen y no dejen atrás el juego democrático. El remedio anti-alzhéimer es todavía posible.

*Periodista y profesora de universidad