Cabría preguntarse, a la vista del aviso de impugnación por parte del Ministerio de Educación contra la intención de Aragón de organizar las oposiciones de profesorado este año, de qué sirven las conferencias de presidentes y otras supuestas «grandes cumbres» de naturaleza bilateral o multilateral. Después de que en la reunión entre presidentes de comunidades y Gobierno central, con Mariano Rajoy a la cabeza, se reconociera la legitimidad de la DGA para convocarlas, el veto anunciado por el ministro Méndez de Vigo al no haber presupuestos aprobados es una afrenta a la autonomía regional. Hay que rechazar que el Ejecutivo use a las regiones como arma arrojadiza en la negociación con los socialistas.