Ha ido tanto el cántaro a la fuente y se ha tentado tanto a la suerte con el carrusel de empates y derrotas que al final el Real Zaragoza se ha visto fuera de los puestos de promoción. Ganó ayer la Ponferradina y esa victoria obliga al equipo de Ranko Popovic a derrotar al Betis para no perder ese puesto de privilegio al final de la jornada.

A excepción de Eldin, que encara la recta final de su recuperación, el entrenador tiene a todos sus hombres disponibles. Contra el líder, el Real Zaragoza se presenta con una racha a cuestas que pesa una tonelada (nueve puntos de los últimos 27) y con la imagen de un equipo frágil e incapaz de ganar partidos ni contra los grandes ni contra los pequeños. Afortunadamente eso es pasado. Cercano, pero pasado. Para que el futuro sea mejor será necesario que, de repente, aparezca otro Zaragoza muy distinto. El grande. El Zaragoza grande.