Santos Juliá, en su libro Transición. Historia de una política española (1937-2017) y en el capítulo El Partido Popular no condena el levantamiento militar, menciona una visita hecha por diferentes diputados en 1999 a México, donde quedaron extraordinariamente impresionados por las huellas dejadas por el exilio español en aquellas tierras, y los actos organizados allí para conmemorar el final de la guerra y la llegada de muchos españoles muy bien acogidos gracias a la iniciativa de su presidente Lázaro Cárdenas. En su primer desembarco en Veracruz fueron recibidos por una población volcada en las calles con un júbilo desbordado. Quedan muchos testimonios del momento, en que los veracruzanos comparten alegría y esperanza, pero también alimentos y techo. Así lo recuerda Juan Rejano en su emotivo libro La esfinge mestiza: «Señor, le dijeron en la calle, ¿es usted español?/Sí, le respondo./¿De los que acaban de llegar?/Sí, vuelvo a responder./¿Qué no me haría usted el favor de venir a comer/con nosotros a nuestra casa?»

El impacto de esa visita lo refleja Felipe Alcaraz con motivo de la presentación por parte de EAJ-PNV de una proposición no de ley sobre la condena del alzamiento militar del 18 de julio al pleno y diputación permanente el 13 de febrero de 2001. Fue rechazada por 164 votos, frente a 151 afirmativos. Las palabras de Alcaraz a mí personalmente, como español, me avergonzaron. «Señoras diputadas y señores diputados, de nuevo hay que hablar de 1936 en esta cámara. Se trata de intentar condenar el golpe fascista de 1936, golpe contra la legalidad republicana, constituida institucionalmente, y que sin duda representaba la voluntad popular. Este debate, surge, en principio, a raíz de un viaje a México. Distintos representantes de esta cámara hacemos un viaje a México, un viaje de los corrientes entre grupos de amistad, por lo que tenía un destino técnico, parlamentario, basado en la llamada diplomacia parlamentaria, pero descubre algo. Recién desembarcados en aquel país, en aquella tierra de histórica acogida, vemos que en 1999, cuando se realiza este viaje, están celebrando, de manera rotunda, directa y con bastantes medios el 60 aniversario del exilio español en aquellas tierras. Lo descubrimos allí, en un momento en que habíamos dejado en España la celebración del V centenario del nacimiento de Carlos V y también la conmemoración de Felipe II. No conmemorábamos en España nada del exilio, en absoluto, ni siquiera en razón de agradecer al país de acogida, al pueblo de México, el recibimiento que entonces nos dio».

Si a los diputados les impactó, y supongo que también les abochornó el homenaje a los exiliados españoles en México; a mí me impactó no menos otro hecho, que describo a continuación. La llegada de los españoles a México suponía tener que abordar diferentes necesidades: manutención, techo, sanidad, educación, etc. Por ello, se crearon determinadas instituciones educativas patrocinadas por organismos del gobierno de la República en el exilio, entre ellas el Colegio Madrid, el nombre es por la resistencia de la capital al fascismo, en Ciudad de México fundado en 1941, que todavía persiste. Merece la pena visitar su página colegiomadrid.edu.mx. El proyecto pedagógico del colegio se basó en los valores republicanos de justicia, equidad y democracia y tuvo como referentes las ideas de la Escuela Nueva, la Institución Libre de Enseñanza y el Instituto Escuela, centros educativos emblemáticos de fines del siglo XIX y principios del XX en España. Centros que resaltaban la importancia de una educación centrada en el alumno y su formación, de carácter liberal en sus dimensiones política y social, estrictamente laica y hacia una comprensión científica y humanista del mundo. En el Museo Pedagógico conservan en su repertorio musical canciones como: Cocherito Leré, Donde están las llaves, Eres alta y delgada, Vamos a contar mentiras, Los cuatro muleros, Ya se van los pastores…

Y donde la emotividad explota es en los actos realizados el 14 de abril de 2016 en el colegio para conmemorar el 75 aniversario de su inauguración. Son impresionantes las redacciones de los alumnas de Primaria, Lorena Delgado; de Secundaria, María Elisa Ornelas; y de Bachillerato, Daniela Mondragón. De María Elisa su redacción acaba así: «No, recuerden esto: estamos educados para pensar y si algo no nos parece, a pelear por lo que sí nos parece. Algo que viene de lo que celebramos hoy. Algo que nos dieron los republicanos, somos el fruto de la esperanza de los exiliados. La representación y viva imagen de que con un dedo no se puede tapar el sol. Nosotros somos gente que piensa y reflexiona. Que no dejamos pasar todo sin hablar. Somos el cambio, como los republicanos. Somos el espíritu de la Segunda República. Somos el Colegio Madrid. Y en ti y en mi viven los valores republicanos, los que necesitamos y con los que daremos el cambio. Aquí nos han enseñado a pensar, nunca dejes que te quiten tus pensamientos ni que te roben la voz, resiste porque así fue la República. Y así nos enseñaron a ser».Y al acto más importante de tal día, insisto, 14 de abril de 2016, fue el homenaje majestuoso en el patio con alumnos, profesores y familias, a la bandera republicana y el canto por el Coro del Colegio del Himno a Riego. Después oírlo no tengo palabras para expresar mis sentimientos. H *Profesor de instituto