Supongo que Pablo Echenique tiene dos opciones: refugiarse en una pseudoépica muy cogida por los pelos, o intentar, por una vez, enterarse de cuáles son su obligaciones éticas y estéticas en tanto que dirigente de la izquierda alternativa. Conste que tal vez le asista alguna razón cuando argumenta que le han metido un multazo de mil pares sacándole punta a un expediente dudoso (sobre todo en lo referido a la función exacta del ya famoso asistente). Pero en todo caso fue pillado en falta, lo cual jamás debiera haberle pasado, porque él, precisamente él, se ha caracterizado por acusar ( casi siempre por lo genérico y a veces sin motivo y sin tener idea de lo que estaba diciendo) a cualquiera que se haya cruzado en su camino... o que él pensaba que se le había cruzado.

Echenique no entiende apenas nada de su propia situación porque carece de formación política, no dispone de un buen equipo que le asista y cree que tiene razón solo por ser él quien es. Pero lo peor de todo es su empeño en no asumir la naturaleza de su papel, que le obliga a no dar jamás motivo para el escándalo (aunque sea un escándalo pequeñín) porque nadie se lo va a perdonar. El establishment le tiene en el punto de mira (como a cualquier otro gerifalte de Podemos). Pero toda esa gente y colectivos sociales a los que no ha cesado de juzgar, criticar e incluso difamar tampoco estarán ahí para echarle una mano.

A este buen hombre le falta finura. Pretende, como se deduce del tuit que difundió ayer, escudarse en los discapacitados y dependientes para justificar su desliz con la Seguridad Social. Y eso no es elegante ni le va a dar puntos. Si ha de recurrir la multa, hágalo por su cuenta y en su propio nombre. Aquí el victimismo no encaja gran cosa.

Todavía no descarto la posibilidad de que el secretario de Organización de Podemos y jefe de la formación en Aragón aprenda de la vida, capte la onda, se ponga a la altura... y ya puestos a cumplir deje uno de sus dos cargos internos, que supuestamente son incompatibles. Le prestaría un gran servicio a su partido.