Lo dijo el Dalái Lama cuando Trump todavía competía en campaña electoral para ser presidente de los Estados Unidos. Alguien le preguntó si lo conocía, y su respuesta fue magnífica: «Ese hombre que tiene una nube en la frente y una boca pequeña». El líder espiritual del budismo tibetano lo dijo sonriendo y abriendo y cerrando los dedos de una mano, como imitando el pico de un pájaro. Desde entonces pienso que esta frase lo define.

Es una buena metáfora para explicar el tipo de energúmeno que les va a gobernar, a ellos y al resto del mundo en diferido (como diría la marcial y altiva Cospedal. A la que le va que ni pintado que los soldados se cuadren a su paso). El nuevo presidente es una mezcla peligrosa de mesianismo y de mal gusto o mala educación. Solo hay que estudiar su lenguaje corporal para ver a un hortera multimillonario con el ego disparado hablando a las masas con una retórica fascista que enardece a sus seguidores y pone los pelos de punta al resto. Pero, ¡ojo!, porque él, el hombre de la boca pequeña que habla como un muñeco de guiñol tiene una Visión.

Como bien escribe el profesor de Filosofía Jordi Graupera en este diario, analizando su discurso de toma de posesión, al afirmar que: «Hay ideas equivocadas, peligrosas y despreciables en las que late una intuición que haríamos bien en escuchar». Se refiere a la visión del patriotismo que tiene el autoproclamado héroe del pueblo, cuando exclamó ante la plebe: «Os sacaré de las prestaciones sociales (seguro que las elimina con el próximo decreto exprés), os sacaré de la degradación moral y económica en la que vivís, os sacaré de la humillación de cada día, y os pondré a trabajar, a construir (¿el muro?), a ser amos de un rincón del mundo». Pues eso es lo que oyeron sus fieles y parece que les gustó la Visión. Claro que al día siguiente las mujeres se echaron a las calles en una gran manifestación sin precedentes en los últimos años en EEUU. Y la contestación continúa a lo largo y ancho del país. Da miedo pensar en hombres que viven en su burbuja dorada y son capaces de decir que «una nueva visión gobernará nuestra tierra». «¡América primero, América primero!». «Seguiremos dos reglas sencillas: comprar americano y contratar americanos». Frases que parecen sacadas del guión de una película de terror extraterrestre, o directamente de los discursos de Goebbels. Lo malo de los fanáticos es que hacen lo que dicen: ordena levantar el muro, suprime la web en español de la presidencia de EEUU, manda callar a los periodistas, se rodea de asesores nada fiables para la democracia, escribe estupideces en Twitter, rompe tratados internacionales, construye oleoductos en reservas del medio ambiente, elimina la sanidad pública, y lo que venga. Y todo según proclama para salvar de la pobreza al pueblo norteamericano. Y yo me pregunto ¿pero qué demonios sabe un multimillonario de mierda, ignorante, prepotente y xenófobo de todo esto?.

*Periodista y escritora