En su última aparición pública, con Jesús Valentín bajo el brazo, Juliá volvió a insistir en la línea argumental del mensaje que ha hilado desde que llegó al Real Zaragoza. En medio de un mar de nerviosismo por la situación deportiva, cuarta temporada consecutiva en Segunda, escenario completamente anómalo y que alimenta inevitablemente la inquietud, más todavía desde la undécima posición, el director deportivo reclamó de nuevo paciencia. Más paciencia. Paciencia, tranquilidad, mesura y un nivel de exigencia y de presión menos elevado sobre el equipo. Y también espantar los espíritus de la ansiedad, los miedos y las prisas que pululan por la ciudad. Nada novedoso en el relato del director deportivo, a cuyo discurso nunca le ha faltado sentido común.

Sin embargo, el terreno en el que Juliá disputa este partido ya no es el dialéctico. Esa vía de seducción fue muy útil al inicio de su trayecto en la SAD. El campo de juego ahora es otro: el de las decisiones. Igual que el ejecutivo catalán solicita paciencia al zaragocismo en todas sus vertientes, el zaragocismo le reclama a él un grado de acierto en las contrataciones muy superior al del verano. La primera parte de la temporada ha evidenciado las carencias de la plantilla para competir por el ascenso directo, objetivo inicial del club y que ayer el Girona dejó en serio entredicho. Ha habido un volumen de errores excesivo: dos centrales suplentes groseros, un portero titular inseguro y cuyas aventuras han costado muchos puntos al equipo, los problemas con los laterales hasta la aparición de José Enrique y el puntual asentamiento de Fran, un presunto delantero principal que ha acabado sentado en la grada a la vuelta de Reyes y un número demasiado alto de futbolistas trotones en el medio, sin velocidad ni capacidad de ruptura física.

Jesús Valentín cubre una de esas deficiencias. Ya se vio ayer: sobriedad. Con el mercado de invierno abierto hasta final de mes, el zaragocismo no espera de Juliá homilías ni alegatos bien intencionados. Reza por que encuentre soluciones a los problemas y por que enmiende los fallos que cometió en la confección de la plantilla.