Grecia ha tenido una excelente temporada turística este, pero el país sigue sumido en la profunda crisis tras cuatro años de durísimos recortes que han dejado a un 35% de la población en situación de riesgo de pobreza. Al primer ministro Antonis Samaras se le agota el crédito y se ve obligado por la intransigencia de los hombres de negro a pedir mayor austeridad si es que esto es posible. Su respuesta es una salida hacia adelante con la convocatoria de una elección presidencial anticipada (por sufragio de los diputados). La crisis política parece asegurada porque la coalición de conservadores y socialistas que da la mayoría al Gobierno no suma los votos necesarios para la elección del jefe de Estado. Si esto ocurre, Samaras no tendría otra solución que convocar elecciones anticipadas. Y el panorama que se abriría en este caso sumaría una incertidumbre mucho mayor a la actual porque, según los sondeos, el resultado daría una foto nueva y distinta con la llegada de Syriza, el partido de izquierda radical, no solo en primer lugar sino quizá con la mayoría absoluta.