El nuevo esfuerzo del Ayuntamiento de Zaragoza por recuperar los baños judíos, uno de los espacios de este tipo mejor conservados de Europa, es una excelente noticia, tras décadas intentándolo sin éxito. Si la comunidad del edificio de la calle Coso, 126-132 bajo la que se halla este conjunto ritual, acepta la nueva oferta municipal se pondrá en valor el patrimonio de una de las ciudades que mejor puede mostrar su acervo cultural. Mientras las huellas romana o musulmana, y obviamente la cristiana, están muy presentes el legado judío está cojo si el miqvé del Coso sigue oculto.