Nadie puede negar que somos dados a sacarle pelos a una calavera, especialmente en la izquierda. Si alguien hace algo, mal, pero si se hace lo contrario, también. A Iglesias se le reprocha, desde mi punto de vista con razón, su personalismo, a Mélenchon, por el contrario, que no tome posiciones personales y que remita las decisiones al colectivo, lo que me parece correcto. Navegar en el mar de la izquierda es, sin ninguna duda, una empresa muy complicada.

Un episodio más en esa dirección es el que hace referencia a la moción de censura que Unidos Podemos ha presentado contra el Gobierno, una moción, desde mi punto de vista, a todas luces imprescindible y que debiera ser construida por todos aquellos a quienes quede un resto de decencia política como medio más inmediato para desalojar de las instituciones a un PP enfangado en la corrupción y empeñado en un proyecto totalitario de control del aparato del Estado, como ellos mismos han reconocido.

No me vale uno solo de los argumentos que he oído en su contra. Me sorprende especialmente ese de que si Unidos Podemos no podría haber esperado a que el PSOE acabara sus primarias. ¿De verdad se argumenta con seriedad que es preciso esperar a un proceso interno de un partido? ¿Hay que supeditar la situación del país a esa situación? El PSOE tiene, en estos momentos, la dirección que estableció su Comité Federal y que ha tomado decisiones de hondo calado, por lo que estamos ante un argumento carente de valor. Del mismo modo, interpretar, porque es interpretar, que UP ha presentado la moción para erosionar al PSOE, es una mera conjetura que se convierte en excusa. Es cierto que al PSOE le ha cogido por sorpresa, pero pasado el primer momento, los socialistas debieran haber realizado un análisis de la situación política. Una situación que, sin ninguna duda, sus propios votantes consideran de excepción y que hay que intentar revertir por todos los medios. ¿Que UP hubiera debido negociar antes de presentar la moción? Es que la moción no ha sido presentada, sino anunciada, y sigue quedando mucho margen de negociación, tanto de programas como de candidatura a encabezar esa moción. Ciertamente, si UP hubiera presentado la moción y, con ella, la candidatura, se habría cerrado la posibilidad de diálogo. Pero no es este el caso. UP ha anunciado una futura moción y se ha mostrado abierta a construirla con otras fuerzas políticas.

En el pasado, todos han cometido errores. Desde mi punto de vista, la famosa rueda de prensa de Iglesias en la que poco menos que le construía el gobierno a Sánchez fue un error. Como también lo fue que el PSOE hablara y pactara primero con Ciudadanos, cuarta fuerza política, y no con Podemos, tercera, e IU. Sería hora, si realmente se quiere hacer algo de manera seria, de mirar al futuro y no buscar constantemente excusas en el pasado.

El PP ha conseguido instalar un hedor corrupto en todos los niveles del Estado. Los casos de corrupción van a seguir apareciendo, según todos los indicios, reforzando esa idea de que el PP es, en sí mismo, una estructura delictiva. Mientras siga controlando los resortes institucionales, su posición será relativamente cómoda, en la medida en que puede condicionar con bastante efectividad las instancias judiciales, policiales y mediáticas. Es un imperativo democrático expulsar al PP de las instituciones, para promover medidas higiénicas que acaben con el actual estado de cosas.

Es posible seguir jugando al juego de las excusas. O es posible afrontar con realismo la situación y hacerle frente. Quienes entiendan que es preciso, inexcusable, regenerar la vida política de nuestro país debieran plasmar de modo práctico esta convicción. La moción de censura es el camino más adecuado.

*Profesor de Filosofía. Universidad de Zaragoza.