Las elecciones a los organismos de dirección territoriales de Podemos han puesto de relieve que estamos ante una organización plural y compleja. El hecho de que el grupo fundador (Iglesias y los de la Complu) haya sido batido en Aragón y otras comunidades tiene una explicación sencilla: los presupuestos (antiautoritarios y participativos) de Podemos han desbordado a quienes los propusieron en origen. La pulsión democrática y el rechazo de los arquetipos tradicionales (según los cuales las direcciones de los partidos deben disponer de un poder absoluto) se han combinado con el desgaste sufrido por los citados fundadores, en especial tras el caso Monedero (pésimamente replicado por quienes se suponía eran expertos en comunicación política). Echenique, cuya figura se agiganta, ha evolucionado en un podemista perfecto: no es fácil ubicarlo en el eje espacial de las ideologías (izquierda-derecha), busca intencionadamente el debate con la jerarquía, comunica con efectiva simplicidad y es capaz de adaptarse a compañeros de viaje de lo más variado.

El éxito logrado por quienes han disputado los liderazgos territoriales a Pablo Iglesias ha de ser, en el corto plazo, un punto a favor de Podemos. Cuando el PSOE disuelve desde arriba órganos directivos elegidos por la militancia y renuncia a las primarias, o cuando en el PP todo depende de la voluntad de Rajoy... un partido capaz de afrontar elecciones internas abiertas donde la dirección puede ser derrotada trae un soplo de aire fresco.

Eso sí, Podemos se ha metido... en política. Y tendrá que saber surcar tan proceloso mar. Habrá de gestionar su obvia pluralidad. Deberá elaborar, a partir de sensibilidades muy diversas, un programa verosímil. Tendrá que hacerse creíble en lo operativo y no enredarse en luchas intestinas. ¡Ah!... y deberá entender (empezando por sus dirigentes más señalados) que el sistema les envuelve e influye sobre su propia dinámica interna. ¿O acaso la proyección mediática que ha impulsado al victorioso Echenique no ha sido favorecida por quienes, desde fuera, deseaban complicar el desarrollo del nuevo (y amenazador) partido?