No sé yo qué credibilidad podremos darles a las encuestas tras los fiascos del 22-M. Además, los próximos resultados están más cantados que nunca. La victoria del PP se da por cosa hecha y todo el misterio radica en adivinar el margen que le sacará Rajoy a Rubalcaba. Lo inexplicable es que los socialistas no hayan asumido con más realismo y desparpajo la situación objetiva y no estén volcando su campaña en ofrecerse al elector como un factor de resistencia en vez de proponerse como opción de gobierno.

En Aragón, los resultados se pueden clavar (o casi) a ojo de buen cubero. En Huesca y Teruel PP-PAR y PSOE se repartirán los diputados a razón de dos y uno, respectivamente. En Zaragoza caben dos combinaciones para distribuir los siete escaños que cubre la circunscripción en el Congreso: o cinco diputados para la derecha y dos para los socialistas, o cuatro, dos y uno, este último correspondiente a la coalición CHA-IU. Los senadores irán de carril: en cada una de las tres provincias, la mayoría conservadora se llevará tres y para el PSOE quedará uno.

Dudas, pocas. La opción de CHA e IU tiene fundamento porque el diputado por Zaragoza se consigue con un once por ciento de los votos emitidos y eso está al alcance de la izquierda reunida. Membrado lo vio tan claro que acabó desdeñando el tercer puesto que le habían dado en la lista zaragozana del PSOE. Luego, sus ¿compañeros? le pusieron a caldo en un desahogo bastante mísero. ¿Por qué no se metieron con él cuando abogaba por la reforma laboral y la votaba? ¿O no era ésa la política oficial del PSOE?

Aunque... ¿qué más da quién va o deja de ir en las candidaturas aragonesas? Nadie se sabe los nombres ni conoce gran cosa de las biografías. Hay viejos líderes amortizados, promesas prefabricadas, figuras del inmediato pasado, mujeres y hombres de los aparatos, cuotas familiares... CHA e IU van más allá y nos proponen en Zaragoza la única novedad de esta feria: una lista bicéfala al Congreso cuyos dos mascarones de proa que habrán de repartirse los cuatro años de legislatura en periodos previamente pactados.

Sondeos... ¿para qué?