El sondeo que publicó el jueves EL PERIÓDICO augura un Parlamento disperso tras las próximas elecciones generales. Gobernar será complicado. Hace menos de una semana, El País profetizaba lo mismo (aunque sus resultados diferían en las tendencias de fondo, porque nosotros damos por hecha una cierta recuperación del PP pese a sus fortísimo descenso, mientras los de Prisa preveían un repunte del PSOE). El más reciente barómetro del CIS iba también por ahí: se acaban las mayorías absolutas y regresa el bipartidismo imperfecto. Sé que tanto PP como PSOE tienen sus propios datos (que por cierto coinciden en que las futuras autonómicas y municipales no provocarán grandes cambios en Aragón, donde Rudi podría seguir, con la asistencia del PAR y de UPyD, y Belloch también se sostendría con el apoyo de CHA e IU). Mucha gente da por hecho que los de Rosa Díez optarán en cada caso por dejar que gobierne quien más votos haya sacado, pero dudo que eso suponga entregarse a nadie, y menos a una derecha que siempre acaba abduciendo a quienes le sirven de bisagra (el PAR está ya a medio digerir).

Solo son sondeos, vale. No registran bien el voto oculto ni la abstención final. Pero son un instrumento prospectivo válido, y si coinciden con lo que se percibe en la calle permiten intuir por dónde irán las cosas. Así que déjenme arrimar el ascua a la sardina de mi particular opinión y profetizarles: a) que el PP aún puede resistir el desgaste, al menos lo suficiente como para seguir gobernando con una mayoría relativa (aunque está por ver con qué aliados), b) que el PSOE, por muy noqueado que esté, sigue siendo imprescindible si se quiere poner en pie una alternativa progresista, y c) que las opciones que aspiran a romper el bipartidismo no superan su condición minoritaria, al menos de momento. Ya sé que estas conclusiones no le gustan a casi nadie, pero son obvias. Al final todo dependerá de lo que les pase a los dos grandes: que el PP logre, o no, convencernos de que la crisis ha pasado, y de que el PSOE pase a ser liderado, o no, por alguien presentable.