Cada vez que escribo sobre Motorland me juro a mí mismo que será la última. El tema me harta, me agobia... me abruma. El problema es que cada cierto tiempo emergen informaciones (¡incluso oficiales!) que revelan el profundo agujero que la flamante Ciudad del Motor, obra suprema del PAR en el Bajo Aragón, ha provocado y provoca en las cuentas públicas.

Este puente, EL PERIÓDICO ha revelado los datos más significativos de un somero informe dado a conocer a su vez por el Gobierno de Aragón. La noticia de partida indicaba que para el 2014 serán inyectados 6,5 millones de euros en Motorland, que se sumarán a otros 8 kilates procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel (sí, ese que supuestamente está destinado a promover el desarrollo de dicha provincia). Así, la sociedad pública, orgullo de nuestros jefes, solo perderá 5,3 millones en vez de los 8,1 del actual ejercicio. Además se formalizará un crédito bancario de 2,5 millones (dicen que es el primero, pero en los estadillos dados a conocer hay señaladas deudas inconcretas a medio y largo plazo por valor de casi 19 millones)... Vamos, que si nos atenemos a este barullo de cifras resulta que el tinglado tiene un déficit anual real por encima de los 20 millones. Eso sin amortizar los ciento y muchos millones (¿150?, ¿180?) que se invirtieron en circuitos y otras instalaciones (en el 2014 gastarán en mejorar el complejo 940.500 euros). ¿Acojona, eh? Mucho más cuando la fuente declara una cifra de negocios (ingresos) de 4,1 millones para el año en curso. Lo cual, queridos amigos, prueba que los cálculos que suelo hacer sobre el balance de cada GP de Motociclismo no van nada desencaminados. ¡A lo mejor hasta son demasiado optimistas!

Menudo cachondeo. La milonga de los retornos se cae por su propio peso. Con semejantes cañonazos de dinero público, Alcañiz tendría que estar nadando en la abundancia. Y no es así, ni de lejos. Luego habrá infelices (o jetas) que echen más leña al fuego reclamando para Motorland una prueba anual de F-1 (la misma que les va a costar a los valencianos 300 millones). Qué pasote, hermanos.