El brindis trasvasista de Cospedal, la semana pasada, conecta perfectamente con la lógica conservadora. El PP es un partido muy fiel a su imaginario (al revés del PSOE, mucho más proclive a los renuncios) y muy empeñado en imponer sus planes por cañetes. Y habiendo parido el corrupto Camps, por cuenta de Aznar, aquel Plan Hidrológico (derogado luego por Zapatero), nunca jamás veremos a los de la gaviota renunciar al empeño. Éstos se atienen al principio de sostenella y no enmendalla. Además, doña Dolores, es jefa de Castilla-La Mancha y allí se ha cerrado un acuerdo con Murcia relativo a la conexión Tajo-Segura que, para no reventar en años de sequía, debe apoyarse en otros recursos suplementarios. El Ebro, no hay más.

De momento, con dos años de buena pluviometría a las espaldas y la burbuja inmobilIaria levantina pinchada, desinflada y envuelta en pura ruina, lo del trasvase del Ebro no parece una amenaza inmediata. Hemos de suponer además que no habría dinero (ni público ni privado) para semejante obra. Pero ahí queda la advertencia. Por otro lado, aunque el Gobierno aragonés diga que no al supuesto, debemos dar por seguro que, si en algún momento la partida se jugara en serio, carecería de la resolución necesaria para oponerse a un proyecto impulsado desde Madrid por su propio partido. Sería la primera vez que Rudi se diese a entender.

La clave de este asunto, tan recurrente, tan irritante, está en la propia opinión pública aragonesa. ¿Seríamos capaces de reeditar las movilizaciones de los últimos decenios (movilizaciones, no olvidemos, que siempre contaron con un claro respaldo institucional)? ¿O estamos ya maduros para ir tragando el trasvase como un mal menor intercambiándolo por esa desastrosa entelequia llamada Pacto del Agua? ¿Mantendríamos la posición histórica o nos dejaríamos convencer por el argumento (que el PP proclama desde hace tiempo y el PAR rumia despacito) según el cual un eventual trasvase sería problema de los catalanes y no de los aragoneses, que ya tenemos nuestro cupo hídrico?

Vivamos y veremos.