El colapso de la sanidad aragonesa en pleno ataque de la gripe A... ¿obedece a una situación circunstancial, o describe un cambio estructural en la calidad asistencial del Salud? Es casi seguro que se trata de esto último. La crisis (asumida ya por todos como la imposición de nuevos paradigmas) ha puesto en pie un modelo de relaciones sociales y económicas estable. Su consolidación deja fuera de lugar cualquier retorno a los momentos felices del pasado inmediato, cuando los programas socialdemócratas habían logrado hacer de Europa el lugar más democrático, equilibrado y seguro del mundo. El estallido de la burbuja (inmobiliaria y financiera), los recortes, el rápido hundimiento de los servicios públicos, la privatización consiguiente, la rápida anulación de los derechos laborales o la restricción de las libertades no identifican un ciclo depresivo ni desaparecerán cuando llegue la cacareada fase de recuperación. Son lacras que han venido para quedarse e ir a más. El fracaso de las izquierdas modernas ha hecho añicos la utopía igualitaria y ha dejado a millones de españoles (y de otros europeos, alemanes y franceses incluidos) sin alternativas ante la brutal ofensiva del capital financiero.

Es posible que llegue la recuperación, en términos muy relativos y a favor de intereses muy minoritarios. Pero la gente de la calle las seguirá pasando bien putas y la voladura del Estado del bienestar seguirá adelante. Además... ¿no es evidente cómo están cambiado nuestras actitudes? Muchos jóvenes (y no tan jóvenes) declaran hoy a los encuestadores su resignada aceptación de un hecho: trabajarán en lo que sea, donde sea y por lo que sea. Damos por perdido mucho de lo que un día tuvimos. Pero el monstruo aún querrá más, mucho más.

¿Habrá reacción social? Seguro que sí. Quienes mueven los hilos aspiran a que tal reacción no pase de puntuales estallidos espontáneos (esporádicos gamonales disparados por la rabia como efímeras bengalas). Solo temen una movilización general: social, política... y permanente. En las calles y en las urnas. Por eso quieren a la ciudadanía desorganizada y apolítica.