Que Luisa Fernanda Rudi fuese la encargada de pasarle la gamuza al atribulado Cañete para devolverle algún brillo forma parte de la ilógica que reina en el sistema. Nadie mejor que una mujer aragonesa para apañarle la imagen a un tipo que es al mismo tiempo un reputado machista y un conocido partidario de trasvasar el Ebro y privatizar los recursos hídricos. Y si alguien piensa que esto plantea algún tipo de contradicción o paradoja yerra de plano. Los intereses personales que animan a quienes están en la carrera política determinan la naturaleza colectiva de los partidos. Lo cual significa que los miembros de tales organizaciones empatizan más por necesidad que por ideología. Rudi está a años luz del feminismo. Además sabe que el trasvase del Ebro no urge (ni la Unión Europea está para semejantes trotes ni en el Levante español atan ya los perros con longaniza inmobiliaria). Entonces...

En este mundo global y cabrón, la ideología es un factor importante. Pero como siempre, o más que nunca, el dinero está muy por encima. Vean ustedes a nuestro Rey volviendo de otra gira por Arabia. Allí no para de darse el pico con gobernantes execrables, monarquías feudales que pisotean a diario los derechos humanos, niegan tales derechos a las mujeres, y con la mano derecha le dan coba a Occidente mientras con la izquierda subvencionan el islamismo integrista. ¡Ah!, pero nuestra majestad y sus asesores, cortesanos y estiralevitas ponen por delante los jugosos contratos que pueden obtener allí, en el Golfo, las grandes compañías del Ibex. Lo mismo sucede cuando se trata de pasarle la mano por el lomo al rey de Marruecos o de abrirle alguna gatera al dictador de Guinea Ecuatorial.

En Ucrania (¡pobre país!) no hay bando bueno. Pero, oye, la bendita Europa unitaria y democrática cree que uno de ellos sí lo es, Apoyamos a los oligarcas de Kiev, aunque procurando no joder del todo los chanchullos que tenemos con los de Moscú. Llueven toneladas de hipocresía. ¿Por qué íbamos a escandalizarnos ante el idilio (político) de Rudi y Cañete? A la postre... están en el mismo negocio.