Suponer que la regeneración democrática se fundamenta en la vehemencia enunciativa (bla, bla, bla) es simple ingenuidad. O puro cinismo. Resulta, sin embargo, que quienes más conjugan estos días el verbo regenerar son todos ellos personajes que han estado en lugares relevantes de la vida político-institucional durante los últimos veinte años, que fue justo cuando se incubaron los escándalos que han eclosionado en tiempos más recientes. ¿Van a ser protagonistas del renacimiento ético y estético de la vida pública de este país el Rajoy que andaba amigado con Bárcenas, la Díaz que se formó y medró en la escuela de EREs y subvenciones de Chaves y Griñán, el Méndez y el Toxo que han dirigido y dirigen los sindicatos pringados en los falsos cursos de formación, la CiU del tres por ciento o toda la patulea de barones y cuadros que hicieron o dejaron hacer las sinvergonzonerías hoy reveladas? Por favor...

Por eso la actual situación empieza a ser muy confusa y ambivalente. Uno, viendo cómo salen a la luz mangancias y tropelías de éste o aquél jefazo (o de sus parientes y próximos), puede presumir que, pese a todo, el Estado funciona, que la Policía, los fiscales y los jueces aún son capaces de luchar contra la corrupción. Pero luego vas detectando que en muchos casos el escándalo sólo estalla cuando le interesa a alguien (de muy arriba), porque hasta entonces permanecía convenientemente oculto, apenas intuido. Los relevos en la cúpula de la UDEF (unidad que investiga la delincuencia económica), en la Fiscalía y en los altos tribunales (por no hablar de los servicios de inteligencia) suelen ocultar oscuras intenciones.

Por supuesto, en este juego brilla la derecha y sus afamados expertos en truculencias judiciales y jurídicas. Quienes han mamado en las tradicionales tetas del poder llevan ventaja. Se atribuye a Trillo la estrategia para atar los cabos sueltos de la Gürtel, cargarse ipso facto al instructor y barajar el reparto en la Audiencia Nacional de forma que la vista sea presidida por una magistrada que fue vocal del Poder Judicial... a propuesta del PP.

A ver quién regenera esto.