Es todo: las concesiones de los servicios, las obras públicas, los informes... la informática. También han detenido por púnico al jefe de la agencia encargada de las comunicaciones electrónicas en el Gobierno de Madrid (el autónomo, quiero decir). A nadie del ramo le ha extrañado. Viene siendo práctica habitual de las instituciones encargar su software a consultoras amigas. A precios desproporcionados. Pasa en Puerta del Sol y en el Pignatelli. El actual Gobierno aragonés (por poner un caso) se empeñó en cambiar el programa usado en la gestión de los institutos de Enseñanza Media. ¿Y por qué tal cambio? Pues para adjudicar el nuevo contrato, por un pastonazo inverosímil, a una empresa de la onda superfáctica gerenciada por un exconcejal del PP y dirigente de la patronal zaragozana. Pero... ¿saben lo mejor? El programa en cuestión no funciona. El escándalo recorre las redes sociales. Es lo que hay, diría un cínico.

Ayer, la sesión en el Congreso de los Diputados demostró una vez más que el Sistema está KO. Algunos políticos en activo todavía pretenden sosegar a la opinión pública con medidas regeneracionistas. Pero ninguno de ellos se plantea siquiera la posibilidad de volcar en las webs oficiales toda la información pertinente: expedientes, contabilidades, contratos, sueldos... Toda. Solo les angustia que la tregua decidida por los gurús de la demoscopia (que llevan meses sin meterse en sondeos electorales) se va a romper muy pronto: la próxima oleada del CIS trae predicción de voto. Es un secreto a voces que Podemos ya ha dejado atrás al PSOE y acosa al PP, incluso que es la primera opción en intención directa. No sé cómo guisarán el plato, pero de momento los jefes están cagaditos.

Unos recomiendan no pensar siquiera en Podemos. Otros prefieren mentar mil veces el fantasma que recorre España, a ver si la gente se acojona y se aferra a lo malo conocido. Ahora bien... ¿en qué momento la ciudadanía perderá el miedo a lo que pueda venir, convencida al fin de que no puede haber nada tan inmoral ni tan destructivo como el propio Sistema? Más aún: ¿es esto un Sistema, o un caos donde medran los canallas?