La primera vez que oí esta palabra me quedé un poco desconcertada: ¿personas que influyen?, ¿qué clase de influencia?, ¿sobre quién influyen?, ¿qué pinta esta palabra en inglés en los medios? Vivimos malos tiempos para la información. La supuesta democratización del periodismo no nos ha traído sino confusión y falta de auténtico liderazgo. No sé si la profesión periodística tuvo más prestigio en otros momentos. Siempre se hicieron chistes, «no digas a mi madre que soy periodista, ella cree que toco el piano en un burdel», pero el mismo chiste era algo que suponía una influencia. Ahora parece que los y las influencers son personas «normales» que marcan tendencia, ¿Es todo publicidad? La mayor influencer del mundo dice que su prestigio se basa en la credibilidad. Yo también busco en los medios personas que tienen, para mí, credibilidad. Sigue habiendo periodistas en quienes confiamos, a los que acudimos cuando nos sentimos confusas ante la realidad vertiginosa. En Turquía (según Free Turkey Media) parece que ya son más de 130 los periodistas detenidos. Pero también hay problemas en España: denuncias y acusaciones a quien quiere hacer su trabajo, multas por intentar informar y miradas hacia otro lado cuando lo que se publica en algunas portadas es de dudosa verdad. Raif Badawi, sigue en una cárcel de Arabia Saudí. Su delito: escribir un blog en el que aparecían afirmaciones «blasfemas». Y hoy quiero recordar y difundir una parte de los cargos que se presentaron contra Raif: le acusaban de no haber retirado artículos de otras personas en su web, H * Activista de AI