Habría que cuestionar si la información dada a la población sobre asuntos de interés es conveniente que se dé con explícitos detalles. Y me refiero a los hechos producidos por violencia en el ámbito doméstico y en los atentados y asesinatos con herramientas fáciles de utilizar como camiones o coches, y es que hay cierta sospecha de contagio o de mimetismo en estos crímenes. Cuando se realiza un uxoricidio, una especie de efecto contagioso hace que, en pocos días, se produzcan varios más. La sicología humana activa monstruos que la razón no entiende. Cuando en las fiestas del Ángel en Tudela un joven, bajos los efectos de las drogas, arremete con su coche atropellando a otros jóvenes con resultado de una muerte, la asociación de hechos confluyen en nuestra memoria hacia la similitud de los atentados con vehículos en las ciudades de Estocolmo y Londres, aunque el fondo sea distinto. Entiendo que la libertad de información hay que defenderla con contundencia, pero al igual que hay temas protegidos como los suicidios porque se suele producir el efecto dominó, el dar explícitamente noticias durante varias jornadas en los medios, con exageración de detalles, no creo que sea necesario si tenemos en cuenta esos efectos que hablamos de concatenación, por lo que se deberían de activar códigos deontológicos para que estas noticias se llevaran a un terreno de información no tan explícito. Amigos, las audiencias y las políticas, para nuestro perjuicio, marcan directrices, por eso hay noticias de las que, siendo de interés general, como el aumento de incidencia en este año de la gripe o la gripe A, y que cuya vacuna no ha servido de mucho, apenas hemos tenido información. ¿Qué conviene publicar? ¿Lo que interesa a subterfugios insondables? Esa es la cuestión que podría decir Hamlet. H *Pintora y profesora