El temporal de nieve y lluvia que ha barrido la península durante el fin de semana ha sembrado el caos y ha desatado una tormenta política como la que se produjo en enero del 2009, con Magdalena Álvarez como ministra. En Aragón, el impacto no ha sido como el de otras comunidades: cadenas en algunas carreteras, pero sin problemas en el tráfico. Los coletazos de la borrasca llegaron a los trenes con Madrid y Barcelona que, ralentizados por cuestiones de seguridad, acumularon retrasos y generaron cierta indignación a los pasajeros. Ante un fenómeno meteorológico como este solo cabe información, que la hubo; previsión, no mucha; y cordura, en muchos casos, ausente.