Es necesario tener una visión amplia de las posibles soluciones a las violencias machistas y entenderlo como un problema cultural, estructural, un problema de toda la sociedad.

El machismo genera excusas permanentes para justificar todo tipo de violencias. Cuando hablamos de asesinatos escuchamos justificaciones del tipo "celos o alcohol", da igual todo forma parte de la verdad absoluta que el patriarcado asume como dogma y el machismo incluye en su forma de actuar.

Las referencias ya estarían creadas, cada maltratador desarrolla su forma de ejercer la violencia de forma diferente, pero el objetivo final es el mismo: Controlar a las mujeres, que no se salgan de las pautas establecidas, que hagan lo que tienen que hacer, cuando ellos, los maltratadores, determinan que lo tienen que hacer. Ejercer el control sobre todos los aspectos de la vida de las mujeres, mujeres absolutamente cosificadas que son un objeto más de entre sus posesiones.

Cuando el patriarcado y los machistas ven que la sociedad está dando señales de cambio interpretan que esa nueva realidad es un ataque a sus posiciones y privilegios por lo que responden con su argumento habitual, que es la violencia. Se trata de incorporar nuevas normas, mejores leyes, más recursos públicosy mantener el espíritu de la gran movilización del pasado día 7 de noviembrepara que la igualdad sea una realidad tangible.Las mujeres y el feminismo están, estamos rompiendo con la profunda injusticia de la desigualdad, de la que nacen los privilegios del patriarcado.

La sociedad se está trasformando, pero los cambios no están siendo los mismos en los hombres y las mujeres. Las mujeres estamos liderando unos procesos que rompen con ese corsé de roles y espacios, que nos impide incorporarnos en igualdad a la sociedad y disfrutar de libertad e independencia. Los hombres,sin embargo no cambian al mismo ritmo, intentan imponer su criterio y las mujeres no lo podemos aceptar. Se recurre a un mayor grado de violencia, y cuando esta también fracasa y la mujer decide no continuar con la relación, se entra en la "zona deriesgo", hablamos de pasar del maltrato al asesinato.

Los cambios necesarios han de ser transversales, han de pasar por una "inmersión en igualdad": sin maltratadores no hay maltrato. Estamos ante un "prisma con diversas caras" aunque todas formen parte de la solución a la violencia machista.

Una de ellas es la necesidad de informar, de hacer pedagogía, mandando un mensaje crítico hacia los agresores, no es lo mismo un titular de los medios de comunicación donde se afirme "una mujer muere a manos de..." que hacerlo con un titular que diga "un hombre mata a...". Los entornos posmachistas o neomachistasbuscan generar confusión y desviar la atención sobre el significado y la gravedad de las violencias machistas, pero con una buena y veraz información lo tendrán más difícil. La noticia no es que la víctima no hubiera puesto denuncia, es que la han asesinado.

Otra cuestión pasaría por la legislación. La Ley integral contra la Violencia 1/2004 fue un magnifico primer paso, pero ya sabemos dónde falla por lo que hay que modificarla. Lo más urgente es poder generar lo necesario para que las mujeres víctimas de violencia puedan recibir asistencia antes de poner denuncia, ya que el largo camino hasta la denuncia es largo, solitario y muy complicado y por sí sola no protege. Además la ley no recoge convenientemente la diversidad sexual por lo que mucho maltrato queda oculto y sin posibilidad de recibir apoyo.

Y más allá de este cambio normativo son necesarios más recursos: Hay que poder dar asistencia psicológica a las víctimas para recomponer la rota autoestima, solo desde ahí pueden estar fuertes para decidir dejar de ser víctimas para ser supervivientes.

Invertir en educación es invertir en futuro y la sociedad toda debemos educarnos en igualdad. Pero esta cuestión no pasa solo porque en las aulas se profundice en valores de igualdad, las personas adultas también tenemos que querer y educarnos en igualdad, asumir este concepto y hacerlo tan valioso como la vida.

Hay que poner las violencias machistas entre las prioridades de la agenda política es necesario que entendamos que es una cuestión de estado que toda la sociedad y sus organizaciones e instituciones se comprometan en ello, desde los poderes públicos a la sociedad civil.

Secretaría de Mujeres y Política de Igualdad de ChuntaAragonesista (CHA)