En los seres humanos es frecuente el conflicto entre lo que revela la razón y lo que dictan los sentimientos; de ello se ocupa un campo de la psicología denominado inteligencia emocional. Zaragoza ha acogido la celebración del II congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar, así como también será la sede del próximo Congreso, en 2017; en sus conclusiones se subraya la importancia del control de las emociones en todos los ámbitos de la existencia y, especialmente, la necesidad de un aprendizaje temprano de las habilidades que regulan el gobierno de los sentimientos y reacciones emotivas. Las dificultades que surgen en la infancia para alcanzar un adecuado control emocional se prolongan más tarde en la madurez: es muy difícil para los adultos desterrar los fantasmas del ayer para aprender a disfrutar aquí y ahora, prescindiendo de un pasado que ya concluyó y de un futuro por llegar. Si nos preocupan e influyen tanto las opiniones y críticas de los demás, aún es más delicado el juicio que proviene de nosotros mismos, rara vez dictado desde una perspectiva realmente positiva y encaminada a resolver una situación problemática, cuando los sentimientos destructivos solo nos permiten ver los aspectos negativos, dentro de un ciclo viciado y permanentemente retroalimentado que a nada conduce. La inteligencia emocional y la psicología positiva, tan relacionadas con el bienestar y la adaptación social, han de ser el germen de una auténtica revolución en la enseñanza durante las próximas décadas; sin embargo, y aunque en el sector de la educación parece existir un elevado acuerdo en cuanto a la importancia del control emocional, son muy escasos todavía los pasos que se han dado en este sentido.