De poco sirven las lamentaciones y menos cuando atrás quedó la Semana Santa. Lo que toca en este momento es dejarse de "debates demagógicos y estériles en busca de un reconocimiento a corto plazo", palabras del santo Biel, y centrarse en resolver la papeleta: sanear las arcas públicas sin "suprimir el compromiso social". Ahí le veo bien, queridísima presidenta. Pues tome nota de las propuestas que desde IU le acaban de hacer, alternativas a su plan de reequilibrio. Y es que se "pueden hacer cosas diferentes". Para evitar los recortes y no tener que tocar el gasto social, nada como plantear una subida fiscal con criterios de progresividad. Así, con unas pocas medidas como el restablecimiento del impuesto de sucesiones, el incremento del tramo autonómico del IRPF para las rentas superiores a 53.000 euros anuales, la recuperación y actualización de los impuestos medioambientales o el cobro efectivo de los casi 18 millones que las grandes superficies adeudan en concepto de impuestos, podrían conseguirse algunos cuantos ingresos extra. Esos nuevos ingresos, junto a la eliminación de ciertos gastos innecesarios como los existentes en el sector público empresarial (véase el capítulo Motorland o Aramón de dudosa rentabilidad y eficacia), o de los servicios de algún consejero o departamento, tipo el de Hacienda y Economía, que en otras comunidades son una misma consejería, sería, como acertadamente señala el diputado Barrena, echarle un par a la vida.

Periodista y profesora de universidad