No es una novedad el cuidado que reflejan los artículos que acceden a los Premios García Márquez de la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). Cualquiera de los tres relatos finalistas es una fiesta para el periodismo.

La ecuatoriana Sabrina Duque concurrió con un retrato al compositor Vasco Pimentel: "Hace algunos años, Vasco Pimentel llegó a la conclusión de que el caos de autos, ruidos y gritos que le esperaban afuera de su casa iban a dañarle la audición. Desde entonces, el sonidista lisboeta no puede salir a la calle sin ponerse tapones en los oídos".

Por su parte, la brasileña Cristiane Segatto, con su reportaje O lado oculto das contas de hospital, muestra una investigación sobre el abuso de la sanidad en Brasil. Refleja las denuncias por impago que interponen los hospitales privados contra algunos pacientes le sirvió para poder retratar la cruda realidad que soportan algunas familias que no pueden asumir las desorbitadas tarifas de ciertas clínicas.

Y el argentino Javier Sinay, ganador de esta edición y categoría, experto en crónica negra o criminal, se detiene en El caso Axel Lucero: rápido, furioso, muerto, publicado en la revista Rolling Stone.

Sinay cuenta la historia de un menor, fanático de las motos, que perdió la vida en un barrio de La Plata, al tratar de robar a un policía. El cronista investigó durante meses lo sucedido aquella noche que murió Lucero, apodado El Negrito. El periodista documenta el hecho de que policías fuera de servicio estén autorizados a llevar su arma reglamentaria.

En el Carmen, el barrio en el que Negrito perdió la vida, algunos jóvenes se pasean con sus pistolas. "Muchos de esos pibes han hecho de la comisaría una rutina" y una mayoría, como Negrito, sueñan con una moto. "Si antes el sueño del pibe era jugar al fútbol en Primera División hoy ese sueño se reduce a tener una moto. En barrios como estos, la moto es salida laboral y objeto de lujo y distinción; motivo de ostentación y, también, herramienta para el delito".

Sinay ha investigado el circuito clandestino de venta de motos, la complicidad policial, las carencias y necesidades de un barrio, que sin ser una villa miseria, está abandonado a su suerte. Recoge el dolor y la dificultad vital de la familia de Negrito. El dolor y la dificultad vital del policía que le disparó. El dolor y la dificultad vital de la juventud de una parte amplia de la periferia bonaerense marginada.

Nos lleva a comprender la realidad de la víctima, y nos hace sufrir con las dificultades de Caballero, el policía que mató al chico. Un policía, fuera de servicio, que usó su arma para defenderse. Todos estos personajes nos acompañan en la narración. Sinay nos relata su lucha diaria, por eso cierra el reportaje con la novia de Lucero, la joven boxeadora Araceli, que se pone los guantes porque "hay que seguir entrenando".