Es de agradecer que el Justicia, Fernando García Vicente, a pesar de estar en funciones desde la legislatura pasada por el desencuentro de los partidos para consensuar un sustituto, mantenga su papel de mediación y orientación. Su propuesta en el conflicto de la educación concertada, sea o no tenida en cuenta, abre una luz en un contexto de máxima tensión entre afectados por la supresión de convenios y administración. Las personas engradecen las instituciones, y cuando el Justiciazgo cumple 30 años, lo peor que podría suceder es que feneciera por inacción... o por inanición.