El Ayuntamiento de Zaragoza acaba de conceder la distinción de Hijo Predilecto a la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS), entidad que aglutina más de 50 ONG y colectivos de solidaridad internacional dedicados al desarrollo de los pueblos empobrecidos, a la denuncia de las condiciones injustas que limitan ese desarrollo o a la ayuda humanitaria y de emergencia.

Esta distinción llega en un momento en el que la crisis económica y los ajustes presupuestarios socavan el estado del bienestar y amenazan las políticas sociales y de solidaridad. Es, pues, una contribución oportunísima que pone en el mapa de la actualidad política y social la responsabilidad de la comunidad internacional en la erradicación de la pobreza y de todas sus infames manifestaciones: hambre, tasas escandalosas de mortalidad infantil y materna, falta de acceso a la educación básica, servicios sanitarios, medicamentos esenciales, agua potable y saneamiento... Todas estas situaciones de carencia de lo más elemental son un ataque a los derechos humanos fundamentales y a la dignidad de millones de personas. De toda la humanidad en realidad; porque la falta de unas condiciones de vida dignas para buena parte de los habitantes del planeta pone al descubierto la indignidad de quienes habiendo alcanzado un alto nivel de desarrollo y bienestar y poseyendo los recursos necesarios, no acaban con la pobreza.

No hay excusas. Y la coyuntura económica actual tampoco lo es, ya que gobiernos e instituciones se muestran incapaces de luchar de forma efectiva contra la acaparación obscena e insolidaria de buena parte de la riqueza en pocas manos, de acabar con los paraísos fiscales, al servicio muchas veces de la evasión de impuestos, o de ponerse de acuerdo en tasar las transaciones financieras internacionales para financiar la lucha contra la pobreza, por ejemplo. Así, y declinando además la obligación que debería asumir todo líder de hacer pedagogía contra la avaricia y la insolidaridad, los más débiles de nuestras sociedades se empobrecen y otros pueblos, que nunca conocieron las bondades del desarrollo y el estado de bienestar, ven amenazada la oportunidad de superar la pobreza tan anunciada por grandilocuentes declaraciones de gobiernos y organismos supranacionales.

Esta es la realidad que preocupa y ocupa el quehacer cotidiano de la FAS y sus miembros. Y así, ocupada en la lucha contra la injusticia, se ha destacado en la defensa de la Ayuda al Desarrollo por parte de las administraciones públicas, denunciando en su momento la congelación de fondos y recortes acometidos por el Gobierno de Aragón o el retraso en el pago por el Ayuntamiento de Zaragoza. Y ahí seguirá, batallando por la mejora y el aumento de las ayudas de nuestro gobierno autonómico en los próximos ejercicios o por la ejecución del presupuesto previsto para ello por el Ayuntamiento de Zaragoza en 2011, mediante la publicación de la correspondiente convocatoria. Y es que esta hija predilecta, como adolescente que es (La FAS nació en 1994), se rebela y clama contra aquello que no es justo.

PERO HOY TOCA poner en valor con agradecimiento la distinción otorgada. Y no resulta difícil hacerlo, porque más allá de lo anterior, es justo reconocer que el Ayuntamiento de Zaragoza viene siendo un referente entre las administraciones públicas en solidaridad internacional. Pionero en la cooperación al desarrollo municipal hace casi 2 décadas, pronto dio forma a un programa que fue creciendo y madurando en calidad y en cantidad de fondos, hasta la firma del Pacto contra la pobreza en 2007, que tantos frutos positivos ha dado después y que fue además un raro y escasamente valorado ejemplo de acuerdo de todas las fuerzas políticas. La FAS, con su rebeldía si es necesario, pero sobretodo con su franca colaboración, seguirá empujando para que el ayuntamiento de esta ciudad y todas las instituciones sean cada vez más solidarias y comprometidas con la erradicación de la pobreza que nos rodea y la que sufren otros pueblos.