Con un discurso moderado, bien construido y con obligadas referencias a los partidos que apoyarán su investidura, Javier Lambán se ofreció ayer como futuro presidente del Gobierno de la DGA. En una hora y nueve minutos, sus propuestas, planteadas todavía en términos muy generales, sonaron de la manera adecuada, y tuvieron la virtud de integrar criterios socialdemócratas con los propios de Podemos, CHA e IU sin que la amalgama pareciera un artificio insostenible.

Cabe suponer que, en el debate con los grupos previsto para hoy, Lambán bajará más al terreno de lo concreto. Asimismo es lógico esperar que sus relaciones con los partidos que apoyarán su elección como nuevo presidente se desarrollarán en lo sucesivo de forma fluida y creativa, en línea con lo que dio a entender el discurso de ayer. Ese será un factor esencial para la estabilidad y la eficiencia del Gobierno que llega, donde el PSOE va a ser hegemónico pero se da por hecho que CHA tendrá alguna presencia. Al otro lado, la oposición, y en particular el PP, tendrá que encontrar su sitio y saber actuar de manera inteligente y constructiva.