Por si en su día no repararon en la noticia (que aquí, en la Tierra Noble, apenas causó revuelo), resulta que a finales del mes pasado las Cortes aprobaron una Ley de Actualización de los Derechos Históricos de Aragón, respaldada por los votos de PSOE, Podemos, PAR, CHA e IU. Era y es un texto muy sonoro, identitario e historicista, un bonito desahogo no muy distinto del que anteriormente venían preparando PP y el propio PAR. Pero, ¡ay, amigos!, la cosa ya cayó como una bomba entre las derechas centrípetas locales, de tal forma que tanto los de Luis María Beamonte como los de Susana Gaspar se pusieron en contra. Luego, en Madrid, comentaristas y portavoces han disparatado el asunto presentándolo como una maniobra nacionalista (centrífuga, se comprende) para distanciar a nuestra Comunidad de España. De esta forma, el bueno de Lambán, un unionista total y un antiseparatista furibundo, se ha visto colocado por algunos medios de la Corte en el bando de los Junquera y los Urkullu, o casi. De rebote, CHA aparece en estas versiones como una malévola fuerza secesionista. Menuda diarrea mental, ¿eh?

Ha ido siguiendo el tema entre la carcajada y el alucine. Es obvio que la nueva ley aragonesa, que habla de nacionalidad, de una identidad institucional anterior a la Constitución (¡pero a la de Cádiz, amigos!) y de autogobierno político y suficiencia financiera, encaja con el imaginario autonomista y solo podría asustar a los niños muy pequeños que mamaron el Una, Grande y Libre en los tiempos del racionamiento. Pero lo cierto es que en Cs están dispuestos a recurrirla ante el Constitucional y piden al PP que se una a la movida.

Todo esto tiene que ver con el subastao hiperespañolista que se traen entre manos todas las derechas (Sáenz de Santamaría, Casado... y Rivera), atropellándose los tres por ver quién imita mejor, en sentido contrario, los delirios de Puigdemont y compañía. En fin... quisiera consolar a nuestro Javier, como suelo, y garantizarle que aquí todos le tenemos por un nacionalista muy español. Ni caso, presidente.