Las estaciones de esquí de Aragón, con el grupo semipúblico Aramón a la cabeza, han pinchado económicamente este año. El mal tiempo no ha atraído a tantos esquiadores y aunque las nevadas tardías pueden alargar algo la temporada, no van a salvarla. Hace falta un buen análisis de cara al próximo invierno porque la inversión pública es alta, los precios también --pese a que a última hora se hayan moderado--, y el negocio de la nieve da la impresión que año tras año va cayendo. El Gobierno aragonés debe medir mucho el camino a seguir.