El Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información se celebra el 17 de mayo de cada año, aniversario de la firma en 1865 del primer Convenio Telegráfico Internacional que condujo a la creación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), y tiene como objetivo resaltar el importante papel que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden jugar en las sociedades y economías de todo el mundo.

Cada edición, el Consejo de la UIT marca un tema de referencia, siendo el de este año: Las TIC con la seguridad vial. Según el informe del Grupo de colaboración de las Naciones Unidas para seguridad vial, alrededor de 1,3 millones de personas mueren cada año en accidentes de tráfico y de 20 a 50 millones resultan heridos de mayor o menor consideración, principalmente en los países en desarrollo. La distracción del conductor y el comportamiento del usuario en la carretera, que incluye la escritura y el envío de mensajes de texto o la interacción con los sistemas de navegación y comunicación a bordo del vehículo, figuran entre las principales causas de los accidentes que originan tan trágicas consecuencias.

Ante estos números, la UIT propone que los países adopten una serie de políticas y programas en materia TIC para mejorar la seguridad vial, que complementen a las medidas tradicionales. En primer lugar, incide en que los ministerios y organismos públicos competentes desarrollen una serie de normas TIC en esta línea, donde se mejore la información proveniente del exterior que reciben los conductores sobre las condiciones de circulación mediante avisos de peligro, la información interior del propio vehículo y otras capacidades relacionadas con la seguridad. Por otro lado, estas normas también deben promover la sensibilidad del usuario sobre los imperativos de seguridad, en particular para evitar las, anteriormente comentadas, distracciones debidas a la utilización de aparatos de comunicación, esparcimiento y navegación. Las normas se deben complementar con acciones que desarrollen directrices concretas en el diseño de estos dispositivos, así como mecanismos de coordinación entre ellos, que minimicen las imprudencias y la carga de trabajo del conductor. Se deben exigir unos parámetros de calidad que perfeccionen las comunicaciones en el interior del vehículo, con interfaces de aplicaciones y dispositivos manos libres de total fiabilidad y sin riesgo para el conductor.

Yendo un paso más allá, la UIT (así como la directiva europea 2010/40/EU) insta a los Gobiernos a promover el uso de sistemas de transporte inteligentes (STI) que no solo mejoran la seguridad, gestión y eficacia del transporte terrestre sino que también reducen su impacto medioambiental, fundamentalmente en términos de eficiencia energética. Los STI aplican las TICs en el ámbito del transporte por carretera, haciendo interactuar de manera viva a infraestructuras, vehículos y usuarios. Pueden conseguir que el conductor reciba información de tráfico en tiempo real, o que reserve una plaza de aparcamiento mientras conduce, e incluso que sea el propio vehículo quien realice llamadas de emergencia automáticas ante incidencias. Pero para alcanzar esta meta, se necesita invertir en conexiones de banda ancha y en equipamientos adaptados e interoperables. Deberían ofrecerse a las empresas incentivos normativos y financieros para proporcionar el desarrollo de los STI que, al fin y al cabo, no tienen otra misión que mejorar nuestro nivel de vida gracias a la tecnología y, en última instancia, salvarla.