Javier Lambán fue investido ayer presidente de Aragón con los votos de los cuatro partidos de izquierdas representados en las Cortes. Además de recibir el plácet de Podemos, CHA e IU, junto a los de sus correligionarios socialistas, el líder del PSOE constató que tendrá una oposición dura que incidirá en la debilidad de su nombramiento por la ausencia de un pacto de legislatura o de gobierno que garantice la estabilidad. El portavoz popular, Roberto Bermúdez de Castro, se mostró muy incisivo al respecto. Además, Lambán también pudo evidenciar que su principal aliado para la investidura, Podemos, no acaba de bajar a la arena política autonómica. El dirigente del partido violeta, Pablo Echenique, lo puso de manifiesto con un discurso plagado de generalidades sobre la situación global. Al nuevo presidente le aguarda una legislatura áspera.