De nuevo el lindano ha originado que se tenga que cerrar el suministro de agua de boca a los vecinos de Marracos. Las mediciones superan los parámetros permitidos, una constante que, con altibajos, se ha ido produciendo desde que saltó la primera señal de alarma en septiembre. Y si grave es que no se logre impedir la circulación del pesticida hasta los grifos, no menos lo es la incertidumbre que provocan las denuncias del Movimiento lindaNO reclamando los datos de contaminación que se produjeron el mes de agosto y que Sanidad no ofrece. Es para temerse lo peor.