Se han cumplido ya diez días desde que se dio la voz de alarma por la presencia de lindano en el agua de boca de cuatro pueblos de la ribera del Gállego aguas abajo de Sabiñánigo. El pesticida se ha detectado ya en seis municipios, pero poco se sabe de cómo ha llegado ahora a los grifos de las viviendas, coincidiendo con el movimiento de tierras del vertedero donde se acumulan miles de toneladas. Urge averiguar el origen de la contaminación y exigir responsabilidades si se detectan malas prácticas o negligencias. Sin hacer de ello una cuestión política. Solo por salud y por credibilidad.