El Gobierno de Aragón dice claramente que en verano las listas de espera sanitaria crecen. No parece haber nada que hacer. El pasado mes de julio se aumentó en casi 300 personas, pero como este repunte estival es una tendencia habitual, las autoridades no le dan importancia. Un error. ¿Por qué no aprovechar esta época para rebajar esas listas? Es verdad que estamos mejor que hace unos años, pero el servicio sanitario público debería acercarse aún más a la satisfacción total. Y, sobre todo, no resignarse a que la demora aumente.