La evaluación final de la Comisión Europea (CE) sobre los Presupuestos de España del 2016 y el cumplimiento de los de este año no ha tenido el visto bueno. Con la inusual presentación de unos presupuestos muy optimistas para el 2016 en pleno septiembre, el Gobierno de Rajoy iniciaba su precampaña electoral. Lo que ocurre es que Bruselas mira las cuentas sin urnas por delante. Dice la CE que hay un peligro de desviación del déficit de tres décimas por una optimista previsión de crecimiento de España. Pero donde los comisarios ven el peligro más notorio es en las cuentas del año que viene. Con la incertidumbre de la economía mundial, la CE ve ñoptimistaO el proyecto español y duda de que se cumpla el objetivo de déficit. La diferencia de un punto de PIB en dos años no es baladí, porque supone unos 10.000 millones. Bruselas llama al Gobierno actual a ñajustarO sus previsiones, y al que salga de las urnas a ñactualizarO las cifras. El panorama idílico que pintaba Rajoy no ha pasado el examen.