La situación en el Teatro Romano de Zaragoza a raíz de la detección del contagio de tiña que sufrió una trabajadora el pasado mes de diciembre se está volviendo surrealista. Aunque los análisis de los gatos que habitan en las instalaciones dieron negativos, una de las muestras ambientales sí dio positivo. Los trabajadores comenzaron a llevar unos llamativos trajes blancos de protección que, ahora, son amarillos y de un mayor nivel de aislamiento. Desde el ayuntamiento insisten en que no hay riesgo, pero el Servicio de Prevención de Salud Pública todavía no ha notificado oficialmente que no haya que utilizarlos. Y eso que los resultados se conocieron hace casi dos meses. Faltan aclaraciones.