El departamento de Educación del Gobierno aragonés, que dirige Dolores Serrat, tiene previsto remitir al ministerio homónimo que gestiona José Ignacio Wert, una serie de aportaciones para que se tengan en consideración en el anteproyecto de la nueva ley educativa. El ministro ya ha dado alguna muestra de su percepción ante los asuntos educativos, con polémica de por medio. Pero da la impresión que desde el Gobierno aragonés se le quiere adelantar por la derecha. No puede entenderse de otro modo la apuesta de querer introducir más religión en Primaria, ESO y Bachillerato. El sentido aconfesional del Estado, por lo visto, tiene menos fuerza que la voluntad de la DGA. La ampliación de la concertada al Bachillerato es otra de las aportaciones. Pluralidad y defensa de lo público pierden terreno, una vez más.