No recuerdo nada de los días que sucedieron al diagnóstico del cáncer. Se me ha borrado todo, y solo sé lo que hice porque he preguntado. Mi cerebro por alguna razón lo eliminó. David Carr escribió sus memorias a partir de las entrevistas que hizo a aquellos con los que compartió vivencias. Las drogas, el alcohol y el paso del tiempo habían configurado sus recuerdos con graves lagunas. En la serie documental The Keepers, una de sus protagonistas recuerda, cuando es adulta, que fue violada reiteradamente en un colegio religioso. Hasta entonces había llevado una vida normal. A partir de un encuentro con antiguas compañeras recupera esos terribles episodios.

Existen pasajes de nuestras vidas que es preciso recordar para comprender en quién nos hemos convertido. El difícil proceso de conocernos pasa por profundizar en nuestros recuerdos, aunque sean oscuros y terroríficos. La Ley de Memoria Democrática aprobada en Aragón hace escasas fechas ahonda en esta idea. Más allá de lo anecdótico, como las supuestas multas al Cara al Sol, la norma persigue recuperar hechos arrinconados o simplemente olvidados durante el periodo 1931-1978. El texto contribuye a conocernos mejor como sociedad y abre vías para mejorar y no caer en los errores de antaño. Solo a través del recuerdo se puede alcanzar la reconciliación. No se trata de confrontar, sino de recuperar la memoria silenciada para reconocernos todos en la historia común. Poner los hechos en su justo lugar. Sin revanchas, pero también sin miedos ni olvidos.H

*Periodista