Bueno, pues ya se han aprobado los presupuestos. La batalla de desgaste entre los partidos de la izquierda entra en una nueva fase, esta ya directamente encaminada a las elecciones. Se presume igual de cruenta o más. Como resultado de todas las refriegas, de todas las declaraciones ceremoniosas y altisonantes, resulta que Podemos apenas ha movido 24 millones de euros, el 0,4% del presupuesto. Ni siquiera ha salido adelante la reforma, o derogación, o lo que pida la formación morada, del odiado ICA. ¿Y todo el jaleo para esto? La izquierda ha desarrollado esta legislatura un ejercicio ímprobo de desgaste mutuo, que ha tenido como corolario estas cuentas del 2018. Menudo postureo. Se ha perdido el tiempo, y lo peor, lo han perdido los ciudadanos. La política aragonesa se ha instalado en el terreno baldío de la retórica. Todo es escenificación. Visto el presupuesto, uno piensa que ciudadanos normales de la calle hubiesen podido llegar al acuerdo de presupuestos en dos tardes. Pero se han necesitado meses. Resulta desesperante la dinámica que ha adquirido la vida política esta legislatura. La derecha está a verlas venir, pero no anda más fresca de ideas. En el debate presupuestario de esta semana en las Cortes lo más que alcanzó a decir el PP es que la negociación entre PSOE y Podemos había sido un intercambio de cromos. Los populares viven instalados en los lugares comunes, los refranes y las frases hechas. La vida fácil, para qué pensar. ¿Cromos? Para cromos los que se intercambiaban PP y PAR hace bien poco.

* Periodista / @mvalless