El programa de menús solidarios que el Ayuntamiento de Zaragoza puso en marcha con la colaboración de los empresarios de hostelería para personas desempleadas en situación de precariedad social ,no ha cumplido sus objetivos. De las 20.000 comidas previstas, apenas se han dado 1.225. Hubo buena voluntad ante la necesidad social que acucia a muchas personas, pero el resultado demuestra que la herramienta utilizada no debió ser la más apropiada. Reconsiderar otras medidas tiene que ser la respuesta pública que no caiga en la caridad.