Para quienes quieren pensar que la distinción entre izquierdas y derechas ya no tiene vigencia, el PP ha inventado un nuevo criterio para evitar explicaciones de fondo: la realidad, concepto presuntamente transversal y de calado obvio que no deja de ser un sinónimo de "no hay otro remedio". Fue a ella a quien Rajoy achacó primero el flagrante incumplimiento de sus promesas electorales cuando dijo a cuatro periódicos europeos: "Quien me ha impedido cumplir mi programa ha sido la realidad". Para el presidente, la culpa siempre está en otro lado (la herencia recibida, las órdenes de Berlín...).

Más tarde descubrió que la sinceridad no es una buena aliada del poder y prefirió no mirarla de frente cuando afirmó que no le constaban estudios fiables sobre el aumento de la desigualdad en España, y decidió que nada ni nadie le iba a estropear su particular país de las maravillas, un supuesto ejemplo para el resto del mundo de cómo salir de la crisis.

Pero las cifras reales son crueles. La legislatura ya está madurita y somos los segundos de la UE (tras Grecia) en paro juvenil (57,7%); también subcampeones (tras Rumanía) en pobreza infantil, según Cáritas; y para el FMI, el país de la eurozona con mayor riesgo de deflación. A ello se suma el estudio de Eurostat que indica que cinco regiones españolas (Andalucía, Ceuta, Melilla, Canarias y Extremadura) sufren las mayores tasas de paro de la UE. Un paso más allá, el hacendoso experto en huidas hacia adelante Cristóbal Montoro ha plantado cara no solo al citado informe de Cáritas, sino también a otro similar de Intermón, que ve "falto de rigor" pese a tratarse de una organización respetada en cualquier otro lugar del planeta.

En una sociedad que supura necesidades de primer orden, los malabarismos verbales y las teorías sin efecto práctico se desvanecen al llegar a la calle, que es donde cada vez más surgen voces nuevas. La penúltima, la de la religiosa Lucía Caram, que presenta un discurso social más radical, fresco, directo y contagioso que el del mismísimo Cayo Lara, pese a pertenecer a una institución que en muchos aspectos debería coincidir con el PP, empezando por la fe en milagros, claro. Periodista