En el día después, tras la resaca electoral del lunes, afloran los pactos y las dudas. Los partidos van a tener que sentarse a negociar, y eso no siempre acaba con un brindis por el futuro.

Javier Lambán es, en principio, el candidato con más posibilidades para presidir el Gobierno de Aragón.

Para su investidura necesitará los votos de los partidos de izquierda, Podemos, Chunta e Izquierda Unida. Algo que parece estar a su alcance. Más teniendo en cuenta que CHA e IU, tradicionalmente, han apoyado las investiduras de los cabezas de listas socialistas, por lo que la incógnita está en el tejado de Podemos. El partido de Pablo Iglesias deberá en sus asambleas y círculos decidir a nivel nacional, en primer lugar, y también por autonomías, si apoya a un PSOE al que ha zaherido sin piedad, metiéndolo de cabeza, y a menudo injustamente, en el saco de los corruptos. Habrá que ver si la nueva formación mantiene criterios centralizados o juega las cartas dependiendo de las mesas en las que toque repartir.

El PSOE puede ofrecer a Pablo Echenique, y seguramente lo hará, un acuerdo conjunto que incluya las principales alcaldías, en especial la de Zaragoza, que sería para Pedro Santisteve, con permiso asimismo de Chunta Aragonesista.

También están en juego las Diputaciones Provinciales y las Comarcas, administraciones en las que el Partido Popular y el Partido Aragonés pueden conservar algunos feudos de importancia, conforme al mantenimiento de buena parte de su poder territorial, como primer y tercer partido, respectivamente, en número de alcaldes y concejales. Interesante será comprobar si el PP de Luisa Fernanda Rudi y el PAR de Arturo Aliaga mantienen su alianza política en el inminente proceso de nombramiento de alcaldes.

Igualmente, de llegarse a unos primeros acuerdos de investidura entre la izquierda aragonesa, la mayoría de sus candidatos podría tomar posesión en primera ronda.

Otro paso serán las formaciones de gobierno. El autonómico podría estar compuesto en minoría por el PSOE, con apoyos puntuales del resto de la izquierda, o bien cohesionar un ejecutivo en coalición, con reparto de consejerías.

Los entes municipales se abocarán también a minorías simples o mayorías compuestas.

Llega el tiempo de los pactos.