Motorland puede hacer un pan con unas tortas con la salida del gerente del circuito, Tomé Alfonso. Ha dejado de ser el máximo responsable oficial pero podría serlo oficioso, como asesor, y cobrando una cantidad cercana a la que percibía. Y con el añadido de que además del asesoramiento externo se ha contratado ya a un nuevo director. La sospecha es que se prescindiera del experto como empleado para contratarlo de asesor y añadir más coste a la cúpula directiva del circuito. ¿De veras tiene que cobrar más un director o asesor de una empresa pública que un presidente de Gobierno?