Se lo cuento por hacer unas risas o recrearnos en la paradoja, o lo que mejor les parezca a ustedes. Porque la cosa tiene su miga. Resulta que el Ayuntamiento de Zaragoza va a remunicipalizar servicios prestados por concesionarias privadas, subrogando plantillas y deudas tan guapamente. Y lo más genial: esta operación es apoyada por todos los grupos menos ZeC. O sea, como lo del 010 pero al revés. Sin líos, eso sí. Sin suspensiones cautelares. Sin intervención alguna de la CEOE... Cuando interesa, queridas y queridos amigos esto es una balsa de aceite.

El acuerdo está tomado: el Ayuntamiento liquidará la sociedad Zgz@Desarrollo Expo. Asumirá los trabajadores de sus concesionarias, que pasarán a ser personal municipal de plantilla. Se hará cargo de los contratos de mantenimiento existentes. Y también correrá con las deudas que dejan las empresas de servicios en el Parque del Agua y las riberas del Ebro: 2,4 millones de euros, que no está nada mal, ¿eh? Lo único que aún no ha quedado claro es qué salida le pueden dar al gerente del tinglado, puesto en su día por el PSOE por arte del santo dedo. Si fuese cosa mía, yo le buscaría algo, por aquello de cerrar el tema con elegancia y sin dejar cabos sueltos ni víctimas colaterales.

De todo lo cual cabe deducir que hay municipalizaciones.... y municipalizaciones. Retornos asumibles porque forman parte de la lógica tradicional, y movimientos intolerables porque han sido imaginados o pretenden ser llevados a cabo por concejales situados al margen de dicha lógica. En fin... No es una cosa fácil de entender, pero es lo que hay.

Administrar la Ciudad Inmortal se ha convertido en un ejercicio de funambulismo. Tal vez porque ZeC, en su tremenda levedad, no deja de ser un fenómeno que rompe las reglas del juego (como en otro momento las rompió la CHA de Antonio Gaspar). Entonces, quienes llevan decenios moviendo los hilos (y exprimiendo la ciudad) se conjuran para evitar que el fenómeno transcienda. De ahí lo de las municipalizaciones malas... Y las buenas.