La respuesta negativa para la creación de un museo de la Semana Santa en Zaragoza, tal como reclamaban los ciudadanos a través de los presupuestos participativos, está poniendo en entredicho el modelo impulsado por ZeC. El argumento de que sería necesario un edificio y condiciones muy precisas en el espacio expositivo contrasta con la situación en la que se guardan hoy muchos de ellos, en garajes y con humedades. Las recomendaciones técnicas deben atenderse, por supuesto, pero tanto como la demostrada voluntad de los participantes en la orientación de unos presupuestos que se eligieron mayoritariamente. Parece que lo que hay que precisar es el modelo participativo, para evitar estos conflictos. HSClB